La imagen de los jugadores y el técnico del Atlético de Madrid invitando a unos encapuchados a la calma en la grada sur del Cívitas Metropolitano, donde se concentran los ultras del Frente Atlético, ha vuelto a sacudir al mundo del deporte y ha conmocionado una vez más. Una vez más colocó en el centro del debate la relación que los clubes tienen con sus aficionados y con las facciones más radicales. Lo ocurrido en el derbi del pasado domingo en el estadio rojiblanco tras el gol del Real Madrid puso de relieve una vez más cómo los ultras campan a sus anchas por los estadios. Lanzaron encendedores, botellas de agua y hasta pañales al portero Thibaut Courtois, provocando la suspensión del derbi durante 15 minutos y fueron aplaudidos por los jugadores de su equipo al final del partido. Las declaraciones post partido del capitán Koke y del técnico Diego Pablo Simeone que denuncian los hechos, pero señalan a Courtois como provocador, son una muestra más de la ambigüedad y laxitud con la que los clubes gestionan las relaciones con los ultras.
Después de los bochornosos incidentes, los ultras regresaron a casa aparentemente impunes. Sólo aparente, porque un joven de 18 años, presuntamente implicado en los hechos, fue detenido y el club decidió expulsarlo definitivamente, según un comunicado difundido este lunes. ¿Pero qué pasa con el resto de aficionados violentos que hicieron lo mismo y esos encapuchados que obligaron a parar el partido durante 20 minutos? El departamento de seguridad del club rojiblanco «sigue trabajando con la policía para identificar al resto de implicados en el lanzamiento de objetos, que serán expulsados definitivamente en cuanto sean localizados», informaron fuentes del organismo madrileño. . Las expulsiones de ultras que el club ha llevado a cabo en los últimos años cuando han sido identificados no parecen ser un remedio eficaz porque los episodios se han repetido y, además, muy próximos en el tiempo. En menos de dos años, la entidad ya ha expulsado a los ultras que se enfrentaron a Mario Hermoso, que llamó mono a Nico Williams o a los que colgaron un muñeco de Vinicius en un puente cercano a las instalaciones del Real Madrid en Valdebebas. Por los incidentes del domingo, el Atlético se arriesga a una multa de 6.000 euros y al cierre parcial de las gradas. El Comité de Competición de la federación se reunirá el miércoles para tomar una decisión al respecto.
El trabajo policial comienza ahora visualizando las cámaras y rebobinando las imágenes, grabadas en la Unidad de Control Organizativo (UCO), sede desde la que el jefe de seguridad del estadio controla todo lo que sucede a través de múltiples pantallas. Desde allí podrás seguir en directo, y con zoomtodo lo que sucede dentro del estadio, cuya seguridad depende de ese coordinador, un agente de la policía nacional, en este caso el inspector José Luis Tucho. Tras ser preguntado sobre qué había pasado al final del partido, Tucho explicó que había sido un partido complicado y bajo «amenaza de suspensión». Una amenaza que, tras una reunión de 20 minutos con el árbitro y la seguridad privada del club, se resolvió con la condición de que hablemos de las llamadas «gradas de animación» para evitar incidentes mayores. Posteriormente, Tucho reveló que el único detenido hasta el momento (con “otros identificados”) también estaba en posesión de un cuchillo.
Según el reglamento, es el jefe de Seguridad, en este caso Tucho, quien decide cuándo y cómo tendrán que intervenir los agentes de Seguridad Privada del Estadio o, si lo considera necesario, los de la Policía Nacional, teniendo siempre en cuenta la situación. cuenta. . Asimismo, tiene la facultad de suspender el partido si considera que la situación es muy grave. «Se trata de actuar sin crear una situación peor que la que intentamos resolver», explican fuentes policiales que investigan el asunto. “La entrada de las UIP (Unidades de Intervención Policial, conocidas popularmente como policías antidisturbios) en esa caseta el domingo podría haber aumentado mucho la tensión, lo más probable habría sido carga policial y esto podría haber provocado una avalancha, que es algo mucho más Peligroso en un estadio lleno de gente”, explican.
Las mismas fuentes policiales también explicaron, en relación a los encapuchados, que la Ley de Seguridad Ciudadana «establece como infracción grave llevar el rostro completamente cubierto en lugares públicos, salvo razones de seguridad, salud o necesidad», por lo que no lo haría. Será necesario, anunció este lunes el club, prohibir pasamontañas y prendas que oculten el rostro de los aficionados del Cívitas Metropolitano. En cualquier caso, lo que parece claro a los investigadores es que los encapuchados «no entraron ya enmascarados», sino que llevaban la mascarilla dentro del estadio. Ese momento es el que ahora rastrean entre miles de imágenes grabadas por las cámaras de seguridad para finalmente identificarlos.
Son más de un centenar de ultras del Frente Atlético los que se esconden bajo esa marca colectiva y que actúan y actúan de la manera más salvaje desde hace años. No en vano fueron protagonistas de uno de los episodios más brutales que se recuerdan en el mundo del fútbol: la muerte a golpes durante una multitudinaria trifulca en el estadio Vicente Calderón del ultra blues de Riazor, Francisco Javier Romero Taboada, alias palanqueta. Desde entonces, los investigadores prácticamente han seguido a los miembros más activos del Frente. “El club sabe perfectamente quién soy”, afirman. Otros clubes, como el Real Madrid o el Barça, les han desarraigado simplemente quitándoles sus puestos, su lugar», explica. «Si no lo hacen es porque no quieren, porque si pueden, «Pueden», dicen los investigadores. El Atlético explica que en ese fondo hay espacio para 4.960 personas, que una redistribución total supondría hacer pagar a los pecadores la cantidad justa e insiste en que la política es expulsar a cualquier aficionado identificado tras haber cometido acciones violentas.
LaLiga aseguró este lunes que el dispositivo de seguridad utilizado en el derbi Atlético Madrid-Real Madrid en el estadio Metropolitano «fue ejemplar y que hubo plena colaboración entre el club y la Policía Nacional». La organización rechazó la petición del sindicato nacional de policías Jupol, que este lunes acusó al Atlético de Madrid de «no dejar intervenir a la policía nacional» ante los incidentes ocurridos durante el partido, que fue suspendido durante 20 minutos. «Tanto el director de seguridad de La Liga como los directores de partido presentes pudieron comprobar que el dispositivo de seguridad utilizado era ejemplar y que hubo plena colaboración entre el Club y la Policía Nacional», afirmó la organización que preside Javier Tebas.
El club rojiblanco, por su parte, precisó que «estas actitudes no tienen cabida en el fútbol y empañan la imagen de un estadio que vivió un ambiente espectacular con más de 70.000 espectadores en sus gradas y que mostró un comportamiento ejemplar en su inmensa mayoría». Un día antes del derbi, LaLiga había anunciado que denunciaría y pediría la detención de los instigadores de una campaña de odio impulsada en las redes sociales para promover actos racistas contra el brasileño Vinicius junior del Real Madrid. La campaña proponía que los aficionados del Atlético salieran al terreno de juego con mascarillas para insultar al jugador sin ser identificados.
Estos hechos obligaron también a la Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte a reunirse de urgencia este viernes y mostraron «su más absoluto rechazo» por lo ocurrido el domingo durante el derbi entre Atlético de Madrid y Real Madrid. e insistió una vez más en la necesaria colaboración de los clubes, precisando que se está trabajando para identificar y en consecuencia sancionar a los responsables de la campaña que comenzaron a acudir al Cívitas Metropolitano con mascarillas para dificultar la identificación. y poder insultar durante este partido.