Nada más regresar del descanso, a Vinicius no le pareció suficiente el desfiladero que atravesaba el Real Madrid ante el Leipzig, sin una sola oportunidad para recordar y atormentado en muchos momentos, que decidió tentar un poco más la suerte. Con una acción irrelevante, llevó demasiado lejos a Willi Orbán, enfrentó al defensor y luego lo empujó descuidadamente a la altura del cuello. No con mucha fuerza, pero sí la suficiente como para hacer temblar el estadio ante una posible expulsión. Estuvo cerca de la roja, pero el árbitro, sin recurrir al VAR, dejó amarilla.
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Andriy Lunin, Nacho, Dani Carvajal, Rüdiger, Ferland Mendy, Kroos (Modric, min. 77), Camavinga (Rodrygo, min. 45), Aurelien Tchouameni, Jude Bellingham (Joselu, min. 84), Vinicius Junior y Federico Valverde
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Gulacsi, Willi Orban, Castello Lukeba, Benjamin Henrichs, David Raum, Xavi Simons, Xavier Schlager (Elmas, min. 84), Dani Olmo, Amadou Haidara (Kevin Kampl, min. 89), Lois Openda (Yussuf Poulsen, min. 77 ) y Benjamin Sesko (Christoph Baumgartner, min. 84)
Objetivos 1-0 minutos. 65: Vinicius Júnior. 1-1 minuto. 68: Willi Orbán.
Árbitro David Massa
Tarjetas amarillas Xavier Schlager (min. 19), David Raum (min. 50), Vinicius Junior (min. 53), Willi Orban (min. 71), Aurelien Tchouameni (min. 72) y Kroos (min. 75)
Fue la confirmación de que, tras una hora de confusión y malestar por parte del Madrid, el Bernabéu se encaminaba hacia la A. suspenso en lo que quedaba de la noche. El propio Vini amenazó con el alivio definitivo al marcar la primera ocasión clara blanca, pero su famoso Orbán respondió con un cabezazo a los tres minutos.
Entonces sí, el pánico empezó a recorrer todos los pasillos del Bernabéu, una sensación que no era nueva en unos días que, a priori, parecían de transición. Como en los octavos de final de 2015 ante el Schalke 04, con Ancelotti en el banquillo, cuando pese al 0-2 de la ida, la Juventus acabó temblando (3-4). O como ante la Juventus en los cuartos de final de 2018, cuando los italianos empataron 0-3 en la ida tras el descanso. O como ante el Chelsea en los cuartos de final de 2022, cuando los ingleses empataron 1-3 en Londres a falta de media hora para el final. «No podemos gestionar la ventaja», se lamentó Carletto recordando la mala situación del Schalke. Nueve años después, el mismo abismo. Este miércoles, su equipo recibió hasta 20 disparos en total, tantos como en el partido contra el Chelsea de 2022.
No hay excusas en el discurso de Ancelotti, intervencionista en el terreno de juego y en primera línea para acusarse a sí mismo. «Si hubiera cambiado al que no estaba bien, tal vez también habría cambiado al entrenador», dijo, ya aliviado. “Fue un partido mal jugado, con poca intensidad. El aspecto psicológico tuvo una gran influencia. El rival no tenía nada que perder y nosotros nos contuvimos desde el principio”, admitió Carlo Ancelotti, que sorprendió a los once con una acumulación de centrocampistas que no funcionó.
“Quizás cometí un error en el entrenamiento. Utilicé medios para aumentar la intensidad, presionar alto y evitar contraataques, pero estábamos en un bloque bajo y sin presionar. Los pitos al final del primer tiempo fueron merecidos. Ahora no haría esta alineación. En absoluto”, reconoció el italiano, cuya apuesta también llamó la atención de su colega Marco Rose. “Nos sorprendió un poco el centro del campo (del Real Madrid). Muchos jugadores. Pero bueno, estuvieron de primera”, comentó el técnico visitante.
«Parece que es un drama».
Como en el partido de campeonato en el Metropolitano, en una de las dos únicas derrotas de esta temporada, Ancelotti movió el árbol en la misma dirección y reunió a cinco centrocampistas. No salió bien en ninguna de las dos ocasiones. Ni la derrota de Alemania por 0-1 ni un rival sin hueso histórico en Europa disuadieron a Ancelotti de actuar seriamente después de recibir nueve remates a portería en el partido de ida. No fue tan sorprendente que mandara a Rodrygo al córner a reflexionar (tres goles menores en los últimos 15 partidos), sino la solución: otro centrocampista (Camavinga) y con un solo delantero puro (Vinicius).
Al cuarto de hora y tras tres disparos a puerta de los alemanes, las instrucciones de Ancelotti se multiplicaron y se sucedieron las reuniones de crisis con sus asesores para intentar reconstruir un equipo fracturado. Pasada la media hora, comienzan los abucheos en el Bernabéu. Merecido, según Carletto. De ahí hasta el final, la noche pasó de susto en susto para los blancos.
«Objetivo alcanzado. Eso es todo, pensemos en el siguiente”, dijo Nacho, que se aferró a lo único bueno del día para su equipo: el resultado. “No fue un buen partido, ni siquiera con el marcador a nuestro favor. Salen muy rápido de los contras. «Nadie dijo que sería fácil», añadió el capitán. “Parece que es un drama y estamos en la siguiente ronda”, concluyó.
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