sábado, julio 27

Correa y Memphis al rescate | Fútbol | Deportes

Hay ocasiones en las que los entrenadores juegan a la ruleta rusa con decisiones que suponen una apuesta de todo o nada. Este jueves Simeone se clasificó para semifinales de Copa mandando al banquillo a Griezmann y Morata a falta de más de media hora. La voltereta tuvo éxito porque entre los dos suplentes, Correa y Memphis, crearon el gol que le dio al Atlético el billete a semifinales ante un Sevilla fiable y guerrillero en defensa, pero sin sentido en ataque. Si hubiera sido eliminado, Simeone habría sido puesto en la picota. Asumió este riesgo y fue valiente. No es fácil tomar la decisión que tomó, pero también es cierto que ni Morata ni Griezmann parecían frescos y lúcidos. El partido, complicado y de pizarra, exigía inventiva y Correa sacó a relucir su arte de paddock para inventar su propia jugada imposible desde lo alto del área. Allí se deshizo de dos defensores y le dio el gol a Memphis para que empujara el balón al arco vacío. Si finalmente va a Arabia Saudita, Correa se irá con su huella latente de jugador diferente. Como futbolista, donde pocos se atreven a regatear demasiado, él siempre lo intenta. Así muchas veces salvó del fuego a sus compañeros y a Simeón. Este jueves, una vez más. Su valor en los últimos años ha sido monumental.

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Oblak, Giménez, Mario Hermoso, Witsel, De Paul, Nahuel Molina (Marcos Llorente, min. 55), Samuel Lino, Koke, Saúl (Pablo Barrios Rivas, min. 56), Griezmann (Correa, min. 65) y Morata ( Reembolso, mínimo 65)

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Ørjan Haskjold Nyland, Nianzou Tanguy Kouassi, Sergio Ramos, Marcao, Djibril Sow (Rafa Mir, min. 83), Boubakary Soumare, Adrià Pedrosa (Marcos Acuña, min. 83), Jesús Navas (Juanlu Sanchez, min. 69), Óliver Torres (Rakitic, min. 50), Isaac Romero y Lucas Ocampos

Objetivos 1-0 minutos. 78: Pagar.

Árbitro Jesús Gil Manzano.

Tarjetas amarillas Óliver Torres (min. 33), Sergio Ramos (min. 39), Adrià Pedrosa (min. 61), Giménez (min. 62), Mario Hermoso (min. 71), Lamela (min. 73), Koke (min. 71), 75), Rakitic (min. 81), Simeone (min. 94) y Rafa Mir (min. 97)

El duelo fue intenso desde el principio. Con dos equipos frenados por la responsabilidad. Los dos están bien cubiertos con su defensa formada por tres defensores centrales. Ambos con una irritante falta de audacia. El Atlético quedó atrapado en su condición de favorito. Para el Sevilla, la Copa fue la última arma para ennoblecer una temporada en la que tendrá que convivir con la sombra del descenso hasta el final.

Aquel fútbol sin riesgos dibujó un prolongado páramo. El Atlético no consigue encontrar los pasillos internos pese a que Griezmann y De Paul juegan para batir las espaldas de los pivotes del Sevilla. Nahuel Molina y Lino tampoco hicieron mucho por las bandas. Quique Sánchez Flores se mostró muy preocupado por ampliar los partidos uno contra uno. Navas siempre se encontró con la ayuda de un central y un centrocampista. El Sevilla bloqueó bien esa distancia. Del otro lado, Nahuel Molina tardó un poco en ponerse en marcha. Navas y Pedrosa tampoco hicieron gran cosa. Dos equipos con extremos profundos y rápidos. Y tanta discordia redujo a Oblak y Nyland a la condición de meros espectadores en un partido alejado del frenesí vivido en los otros tres encuentros de octavos de final. Ni Simeone ni Quique querían rock and roll. Y los atacantes pagaron el precio. Ni el eufórico Morata ni el emergente juvenil del Sevilla Isaac Romero pudieron mostrar ningún detonante. Los dos entrenadores optaron por un partido largo, más táctico que animado.

El único estallido de un deporte llamado fútbol fue el bloqueo entre Griezmann y Molina que interrumpió Marcão con un pase juvenil al argentino dentro del área. Morata agarró el balón para ejecutar el disparo, pero a Griezmann le pesó el estrellato. El disparo del francés estuvo en consonancia con la mala calidad del duelo. El francés resbaló y el balón acabó en la grada. Incluso con un penalti, ningún portero tuvo que intervenir en los primeros 45 minutos.

El Sevilla salió victorioso de aquella insignificante primera parte, porque a ellos les convenía más que al Atlético que no pasara nada en el área. La intención de Quique de enervar a su rival quedó patente cuando fichó a Rakitic por Óliver Torres. Buscó coraje y maestría para intentar repeler la salida más decidida del Atlético. Griezmann, en una jugada de semitijera precedida de saque de banda, rozó la portería. Entonces el Atlético volvió a nublarse. Simeón tuvo que empezar a sacudir el árbol. Primero, entrando Barrios y Llorente por Saúl y Nahuel Molina. Piernas y dinamismo para romper con un equipo monótono y predecible que necesitaba un cambio de ritmo. Luego vino esa apuesta arriesgada. La incredulidad cundió en el Metropolitano cuando aparecieron los números de Morata y Griezmann por banda para Correa y Memphis. Una orden de todo o nada. Por dejar al equipo sin sus dos grandes referentes en ataque y porque el argentino y el holandés no habían dado grandes señales de hacerlo bien en los últimos partidos.

Ambos asumieron la responsabilidad de acabar con la resistencia del Sevilla, que había demostrado el afán competitivo que llenaba los tableros de la Europa League. Entre los dos firmó esa jugada definitiva. Correa encuentra un hueco en la calle donde no lo había y Memphis empuja el balón, posicionándose donde debe aparecer el instinto que todavía le dice que lleve al Atlético a semifinales por primera vez desde 2016. Pese a una acción imprudente de Barrios, intentando driblar hacia el frente del área, pudo haber propiciado la prórroga. El joven rojiblanco recupera y despeja el balón del argentino dentro del área. Gil Manzano decretó penalti; pero, tras la revisión del VAR, fue anulado.

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