sábado, julio 27

España complica su camino con una derrota inapelable ante Croacia Deportes

La selección española de balonmano inició su camino hacia la Eurocopa de Alemania con una derrota inevitable, después de haber caído el viernes por un sensacional 29-39 ante Croacia, en un partido en el que los «hispanos» se vieron completamente superados de principio a fin de el total de los Balcanes.

Esta derrota, que complica el acceso del equipo de Jordi Ribera a la segunda fase del torneo, prácticamente obliga a la selección española a ganar todos sus partidos a partir de ahora si quiere tener alguna posibilidad de luchar por las medallas. Dolorida por la responsabilidad de no fallar en un duelo en el que no sólo estaba en juego la posibilidad de pasar a segunda fase, sino también de allanar el camino hacia las semifinales, la selección española se hundió por completo en ataque.

Algo sorprendente porque si en algo destacaron los ‘hispanos’ en los partidos de preparación fue por la variedad de recursos ofensivos que manejaron. Pero este viernes no vimos ni los disparos lejanos de Dani Dujshebaev, ni los pases milimétricos al pivote, ni las penetraciones de Agustín Casado, al menos desde el principio.

Una circunstancia que permitió a Croacia, a la que el técnico Goran Perkovac dio más velocidad con la inclusión de jugadores jóvenes como el pívot Veron Nacinovic e Ivan Martinovic, encontrarse con un inquietante 1-4 a los cinco minutos de juego.

Una desventaja que obligó a Jordi Ribera a pedir tiempo muerto de urgencia, temiendo que el partido se acabara para los españoles nada más empezar. Un descanso acompañado de la entrada en campo de Alex Dujhebaev, que dio nuevo aire al ataque del equipo, que con dos goles consecutivos de Agustín Casado (4-6) parecía volver al partido.

Puro espejismo, los problemas ofensivos de los españoles no tardaron en volver, incapaces de superar la defensa de una Croacia que inmediatamente duplicó a los ‘hispanos’ en el marcador (5-10). Un resultado que obligó a Jordi Ribera a pedir su segundo tiempo muerto en poco más de doce minutos, acompañado en esta ocasión del paso a un ataque con siete jugadores sobre el césped, que tampoco funcionó como demostró el 6-12 que Apareció en el minuto trece en el marcador.

España sólo pudo recuperar su fuerza vital con la llegada de Joan Canellas e Imanol Garciandia, que con sus látigos consiguieron reducir a la mitad la desventaja de la selección española (12-15). Un mundo enfrentado a un rival como Croacia, una selección que, como no se cansa de avisar Ribera con antelación, se comporta como pocas cuando está por delante en la clasificación.

Un problema al que hay que sumar la lesión del defensa Miguel Sánchez-Migallón, que tuvo que abandonar el terreno de juego con una mano dañada, y, sobre todo, la excelente actuación de Lin Lucin, que confirmó todo lo bueno que se ha dicho de él ante España. durante años. Lucin, que cerró la primera parte con cinco goles, hizo pasar desapercibidos los pocos minutos disputados por la gran estrella balcánica Domagoj Duvnjak, lo que no impidió que Croacia se fuera al descanso con cuatro goles de ventaja (13-18). ).

Un resultado que puso a prueba la contrastada fortaleza mental de la selección española, pero ni siquiera el carácter fue capaz de salvar a los ‘hispanos’, irregulares en ataque con siete jugadores por los que volvieron a apostar en el inicio de la segunda parte. Pronto se encontraron con una desventaja de ocho goles (14-22) en el marcador. Una diferencia que obligó a España a afrontar el resto del partido con el objetivo no sólo de ganar, sino de reducir al máximo su desventaja, pensando en posibles futuros dobles o triples partidos. Pero ni siquiera esto logró alcanzar a la selección española que se vio arrollada por un equipo croata en estado de gracia, liderado por un sensacional Ivan Martinovic, autor de ocho goles, como demuestra el sensacional marcador final de 29-39.

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