domingo, abril 28

“¿Por qué vendes ese vestido si te queda tan bien?” Vinted y Wallapop se convierten en pasto de los acosadores | Tecnología

«Incluso me ofrecieron 3.000 euros por una foto mía haciendo pis», afirma Tania, una usuaria que mantiene activamente un perfil en las redes sociales. No tiene millones de seguidores, pero sube fotografías a diario tanto a Instagram como a la plataforma de comercio de ropa de segunda mano Vinted. Recibe mensajes de acoso diariamente; a veces oculto y otras veces manifiesto. Esta joven se ha acostumbrado a leer comentarios vulgares prácticamente cada vez que abre uno de sus perfiles, tipo «cómo me hace palpitar tu canalcito».

Ana –nombre ficticio, por petición expresa del entrevistado– vende frecuentemente ropa en Wallapop y también recibe frecuentemente mensajes disfrazados de halagos, pero que esconden un evidente acoso. “Lo siento, no pude evitarlo”, recibe en privado tras algunos iconos de admiración. Para ella, el detonante fue una conversación con un usuario después de que ella publicara una foto de ella misma con un vestido que quería vender:

—¿Quieres el vestido o no? —responde Ana, harta.

—Acabo de ver tu vestido y te queda genial, perdón si te molesté.

—Pues sí, molesto.

Ana intenta razonar con su interlocutor: “Estás intentando vender un vestido y cualquiera se cree con derecho a expresar una opinión no solicitada”, pero en mensajes posteriores pasa del halago al abierto desprecio: “Vamos, cariño, que bien. día si la amargura te deja», y la saluda como «avergonzada». La joven envía un mensaje final que se centra en lo obvio: «Definitivamente no le envías ese mensaje a un hombre diciéndole lo bien que le quedan los pantalones».

Los usuarios de Vinted y Wallapop cada vez dan más visibilidad a este acoso, que puede degenerar en situaciones de peligro real. “Vienen a verte para comprarte algo, supuestamente, y se ponen babosos en persona. Da miedo, mucho miedo», escriben en Weloversize, una cuenta de Instagram con casi medio millón de seguidores.

Las principales plataformas comerciales son conscientes de este problema. “Tenemos una política de tolerancia cero a la hora de comunicarnos de forma no deseada o sexualmente explícita con cualquier persona en Vinted”, explican a EL PAÍS desde este conocido sitio de compra y venta de moda. Desde esta plataforma se especifica que cada denuncia de acoso se investiga, «caso por caso», y se invita a la persona acosada a «contactar con la Policía» si la situación lo requiere.

Wallapop, el otro gran actor en la compra y venta de productos, también ofrece la posibilidad de “informar de cualquier situación ofensiva” a través de la propia aplicación. Desde esta plataforma, se explica que su equipo dedicado a la supervisión de contenidos -conocido internamente como Trust & Safety- actualmente “representa el 8% de la plantilla, monitoriza la actividad en la plataforma y cuenta con herramientas avanzadas como la inteligencia artificial, para analizar la actividad de perfiles que podrían ser potencialmente peligrosos”.

Captura de pantalla de la conversación de Ana en Wallapop.

Usuarios de Vinted y Wallapop advierten que lo que comienza con un supuesto piropo, tras un intercambio de mensajes aparentemente inocente, puede terminar con proposiciones lascivas a cambio de dinero. Tania rechazó la extraña propuesta de filmarse orinando, pero, reflexiona, “¿y si le hicieran la misma propuesta a una quinceañera?”.

Los comentarios más frecuentes hacen referencia a aspectos físicos y abiertamente sexuales: “eres tan sexy”, “menudo culo tienes” o “me pones muy cachonda”. Sin embargo, el tono de los mensajes cambia cuando el presunto adulador siente rechazo. “En cuanto los rechazas, te hacen comentarios ofensivos sobre tu cuerpo, como adónde vas con esa cara de drogadicto”, explica Tania.

¿Qué hay detrás de este comportamiento? “La clave aquí es que ven el acoso como un derecho adquirido. Creen que tienen derecho a exigir que las mujeres respondan a sus necesidades”, explica el psicólogo Joan Salvador Villalonga. Este experto alude a una cultura de sumisión en la que «se reconoce su posición superior: basan su masculinidad en la dominación». Por eso, cuando llega el rechazo, «reaccionan mal e incluso se engañan, diciéndose que ‘en el fondo a las mujeres les gusta así'». Pero la sensación de alguien que anuncia una camiseta y recibe un aluvión de mensajes sexuales o amenazantes es muy diferente. “Me da asco, me da asco”, confiesa Tania.

¿Pueden estos mensajes tener consecuencias penales? Susana Gisbert, fiscal de violencia de género, explica que “las implicaciones dependen del contenido del mensaje y de su frecuencia. Si son repetitivos e insistentes, hasta el punto de causar consecuencias en sus víctimas que les hagan cambiar su rutina o su vida diaria, podríamos incurrir en el delito de acoso.»

Qué hacer si recibes este tipo de mensajes

Si alguien se enfrenta a la desagradable experiencia de recibir mensajes sexuales después de publicar una prenda de vestir (o en cualquier red social), lo mejor es bloquear al remitente e informar del asunto al proveedor del servicio. “Lo que recomiendo es un bloqueo preventivo”, aconseja Tania, que en ocasiones también opta por desenmascarar públicamente al acosador. De esta forma, sus seguidores podrán denunciar masivamente este comportamiento y así obligar a la plataforma a tomar medidas.

Gisbert coincide: «Mi consejo sería doble: ignorar el mensaje y bloquear el contacto e informar a la empresa, además de denunciarlo». Pero ¿en qué momento estos mensajes pueden traspasar la frontera de la legalidad y convertirse en delito? Borja Adsuara, abogado experto en derecho digital, advierte de que la legislación es ahora menos flexible con este tipo de comportamientos.

Este experto señala que “la regulación del acoso ha cambiado debido a la la ley del solo si es si” y, en este sentido, podría haber pena de prisión. Adsuara cita el artículo 172: “Quien acose a una persona acosándola persistente y repetidamente será castigado con pena de prisión de tres meses a dos años o con multa de seis a veinticuatro meses”. Naturalmente, este experto subraya que hay que bombardear con mensajes con insistencia y reiteración.

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