sábado, julio 27

Dos exabruptos de Brahim dan el pase al Real Madrid en octavos de final ante la Arandina | Fútbol | Deportes

En la noche de Arda Güler fue nuevamente Brahim quien abrió el camino. El malagueño se aferra a cada oportunidad como un hombre desesperado. En el frío de Aranda de Duero, tras casi una hora de resistencia de un equipo de la cuarta división del fútbol español, Brahim decidió hacerse cargo de su regate y acabó siendo derribado nada más poner un pie en el área. Joselu finalmente marcó el primer penalti de la temporada del Real Madrid, después de cuatro errores, y ya ha acabado con las esperanzas de la Arandina. El equipo volará mañana a Riad, tras haberse clasificado para los octavos de final de la Copa del Rey.

1

Adrián Álvarez, Jorge Pesca, Deiby Ochoa, Vitolo, Zazu y Alfredo Sualdea (Raly Cabral, min. 60)

3

Arrizabalaga, Fran García, Álvaro Carrillo, Vinicius Augusto (Álvaro Rodríguez, min. 79), Nacho, Dani Ceballos, Brahim Díaz, Camavinga (Rodrygo, min. 59), Arda Guler (Federico Valverde, min. 59), Nico Paz y Joselu

Objetivos 0-1 minuto. 53: Joselu. 0-2 minutos 55: Brahim Díaz. 0-3 minutos 90: Rodrygo. 1-3 minutos 93: Nacho (pp).

Árbitro Víctor García Verdura

Tarjetas amarillas Jorge Pesca (min. 52) y Raly Cabral (min. 76)

Estas primeras rondas de Copa suelen servir de escenario para los jugadores que hasta ahora han vivido en la retaguardia, o para los canteranos que han empujado. Por supuesto hubo algo parecido en la visita del Madrid a Aranda de Duero. Carrillo, capitán del Castilla, debutó con el primer equipo como compañero de Nacho en la defensa central, muy atento al corte, confiado y limpio desde el inicio. El lateral derecho brasileño Tobias también debutó en partido oficial. Y Nico Paz, que ya ha tenido algo de tiempo este año, ha reaparecido en el centro.

Pero en este Madrid plagado de lesiones desde el inicio del camino, la Copa de enero sirvió también como pruebas de mucho mayor alcance. Camavinga regresó dos meses después de su lesión de rodilla, y se mostró con la misma presencia de antes, fuerte en sus cortes, vivaz en sus movimientos, ligero de pies.

Aunque era sobre todo la noche en la que todas las miradas estaban dispuestas a descifrar al esquivo Arda Güler, jugando por fin con el Real Madrid, justo un día antes de que se cumplieran seis meses desde su presentación el pasado 7 de julio en Valdebebas. El turco llevaba 201 días sin jugar, lesión tras lesión, desde el Turquía-Gales del 19 de junio, en el que marcó.

Acababa de llegar, pero parecía como si hubiera estado allí desde siempre. Flotó libremente durante todo el ataque, queriendo constantemente el balón. Apoyó, dirigió ataques, sacó córners. Esa personalidad lo llevó incluso a hablar de jerarquías en su primer trabajo. Cuando Ceballos fue derribado en el borde del área, en zona favorable al diestro, Güler inmediatamente tomó el balón y lo retuvo. Cuando Ceballos se acercó, el turco se giró para no alcanzarlo e hizo algunos gestos como de súplica. Se salió con la suya. Preparó el disparo y pegó al palo con la zurda, cerca del ángulo superior. Fue su segunda gran oportunidad. El primero lo remató al córner Adrián Álvarez. Todo el picante lo puso el turco, que se lanzó al espacio y también amagó buscando un pase por detrás. Güler dio señales muy prometedoras cuando tuvo suficiente combustible. Llegó con mucha hambre tardía, la suya y la de la afición del Real Madrid. Ambos querían más.

Su aparición fue la más inspiradora en un partido controlado por el Real Madrid a través de su monopolio del balón. A Arandina siempre se le vio un instante detrás de ese movimiento, muy fluido desde el inicio. El mayor peligro para los locales fueron los saques de banda de Pesca, disparos al palo que llegaron al punto de penalti y allanaron el camino a la confusión.

Arandina se mantuvo sin goles hasta el descanso. Hasta que Brahim volvió del vestuario y provocó un penalti en su primera salida. Allí la fe de los lugareños fue derrotada. En la siguiente acción, el malgache se lanza de nuevo a un eslalon de regate, pierde el balón, coge un rebote y marca. El tercer gol es de Rodrygo, mientras el partido se desliza hacia el final, de nuevo con algunos aciertos de Arandina. Pesca avanza desde la defensa, se abre a Cabral por la derecha, quien mete un centro que Nacho manda a la red. Su desgracia fue la alegría de Aranda, en una noche emotiva que celebró la visita del último campeón, que regresó a casa con la misión cumplida de pasar a segunda ronda.

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