sábado, julio 27

Tener hambre de ganar carreras: los pilotos de MotoGP llevan su físico y su dieta al límite | Motociclismo | Deportes

Maverick Viñales es uno de los actuales pilotos de MotoGP, y su desempeño se explica por un cóctel de factores, entre los que destaca un cambio notable tanto en la alimentación como en la preparación física. El piloto español de 29 años, que en el último GP de América rompió una sequía de tres años sin saborear la victoria, admite en conversación con EL PAÍS que tiene hambre de afinar su puesta a punto hasta niveles inusitados. “Lo más difícil de las dietas son las primeras semanas. Luego el estómago se hace más pequeño y puede que te dé un poco de hambre, pero el cuerpo tira”, explica el piloto de Roses, cuarto en los entrenamientos del viernes del GP de Francia previsto para este fin de semana. “En MotoGP, y esto se aplica a cualquier deportista de alto nivel, se trata de hacer un esfuerzo diario. A veces tengo hambre, sí, pero si el resultado fuera ganar carreras, tendría hambre de por vida», admite sonriendo.

Viñales decidió dar un paso atrás para dar dos pasos adelante. «Convencer a un deportista de esto no es fácil, pero seguro que salió bien», afirma Lluís Capdevila, su preparador físico. El piloto de Aprilia, de 1,71 metros de altura, perdió cinco kilos en cuatro meses, pasando de 68 y 69 kilos en la última carrera de 2023 en Valencia a 63 y 64 en su debut en 2024. Su índice de grasa ronda el 6%, muy cerca hasta el límite del cuerpo humano. «Es imposible perder más grasa, tiene menos que un ciclista de élite», subraya el especialista, que colabora con él desde los 16 años. La premisa que ambos coincidieron en diciembre fue encontrar el equilibrio perfecto para no perder rendimiento, pero sí aligerar la carga sobre la moto y la carrocería.

“Nos dimos cuenta de que con dos carreras cada fin de semana, no necesitábamos tanto músculo, sino más agilidad y potencia, para mejorar la explosividad”, explica Capdevila. Viñales estaba tan fuerte que tenía energías suficientes para una tercera prueba, y el peso inevitable de tantos músculos podía pesar sobre las características de la moto italiana: «Entendimos que no era la manera de sacarle el máximo partido a la moto , especialmente con la Aprilia», afirma el piloto. La receta para adelgazar se basó en dos componentes: dejar de entrenar con pesas pesadas en el gimnasio y dar una vuelta de tuerca más a la dieta de la mano de Saioa Segura, nutricionista del CAR de Sant Cugat del Vallés.

Una de las mayores inspiraciones de Viñales en este cambio fue su compañero de garaje, Aleix Espargaró, quien durante años fue uno de los pilotos más extremos en cuanto a aspectos físicos y nutricionales. “Llevamos la preparación al límite absoluto. «He probado muchas cosas, pero no puedo perder más peso sin perder fuerzas», afirma el piloto más viejo de la parrilla, que con 1,80 m siempre ha sido muy consciente del peso que su tamaño representa para un corredor. moto. “Es muy evidente, estas motos son casi perfectas, y menos masa equivale a mayor velocidad”, añade Granollers, que cifra la pérdida en pista en hasta una décima por aceleración, además de que el impacto de dos o tres kilos menos puede afectar la mejor conservación de los neumáticos.

Ramón Forcada, uno de los técnicos con más experiencia del paddock, asume su importancia pese a saber que el peso no es el factor más influyente. “La nutrición es importante porque hoy las motos se han vuelto mucho más físicas. El ciclista debe ser musculoso, tener una base física e idealmente perder el mayor peso posible, ya que esto siempre es bienvenido. Es innegable que la velocidad en movimiento es consecuencia de la aceleración, y la aceleración depende del peso.»

La aparición de especialistas, desde entrenadores hasta nutricionistas, pasando por psicólogos, ha transformado el paradigma de las carreras. “El objetivo ahora es tomar todos los aspectos positivos de cada área y borrar todos los negativos. Es como con la parte técnica de la moto: si ganas mucho en algo, puedes perder en otro punto, y se trata de encontrar el equilibrio óptimo», ilustra Forcada. Todo ello se traduce en unas pautas muy concretas y adaptadas a cada piloto. Los alimentos y calorías estrictamente necesarios se ingieren según el nivel de cada esfuerzo y el aporte es constante. Viñales, por ejemplo, requiere comer después de 40 minutos de rendimiento constante para mantener su nivel óptimo de rendimiento del conductor y su equipo de especialistas es constante y coordinado. para que todos los elementos se dirijan hacia un mismo objetivo específico: la victoria.

“Si viéramos que todo esto no funciona, ya os puedo decir que sería el primero en empezar a comer como un animal”, confiesa Maverick. Su alimentación es súper limpia, similar a la de cualquier deportista de élite. Nada de dulces ni ultraprocesados, aunque come un poco de todo, pero en pequeñas cantidades. Lo que más extraña es un sorbo de Coca-Cola. “Hace cuatro años que no lo intento, pero no dejaré nada por intentar ganar aquí”, concluye. “Lo importante es que el deportista se sienta fuerte, que no tenga que pensar en nada más que en la carrera. La parte física no debe influir en el rendimiento, sino liberar completamente la mente”, subraya Capdevila.

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